viernes, 24 de noviembre de 2006

LAS TROYANAS julio 2004


Hécuba Andrómaca Casandra
Un niño Helena ... un pretexto
No volverás a ver a tu hijo, ni a tu esposo, ni a tu padre, ni a tu amante ...
Troya sigue existiendo .... aquí cerca
Ya no hay casa, ya no hay campos, ya no hay tierra, ya no hay hogar,
La violencia de la guerra. Muerte y dolor
Perdida y desarraigo
“…… el tiempo pasa, los modelos aparentes cambian, las vestiduras se transforman e igualmente todo, todo se nos muestra materialmente hablando muy distinto. Cuando tocamos el tema de la esencia de los seres humanos, ya las cosas varían.
Todos somos buenos en el fondo, dice el dicho popular. ¿O todos somos malos en el fondo? nos preguntamos hay veces a partir de cierta realidad. Y para hablar de ello y más es que el Teatro de la Resistencia decide presentarnos Las Troyanas.
Beto Romero, el director de la puesta en escena en compañía de Antonio Quispe toman a su cargo la dramaturgia del espectáculo.
Realizan una versión libre para lo cual utilizan textos del filósofo hispanolatino (¿47-65) Lucio Anneo Séneca y del contemporáneo francés Jean Paul Sartre. Con aportes del grupo surgidos a través del proceso de preparación del trabajo escénico. Apostando decididamente por un teatro de reflexión y compromiso.
Hay un hecho material, totalmente ligado a la búsqueda y resistencia que todos los colectivos teatrales afrontan en este momento, con muy pocas excepciones, el sitio donde presentar su trabajo. Y es esta una ocasión para comprobar la fuerza de los deseos de quien se impone un compromiso. ¡Vayan a verlo!
En el presente montaje, Teatro de la Resistencia, fiel a su nombre consigue un lugar escénico singular. Se los facilita un amigo y el grupo se encarga de transformar el depósito de material (andamios, sillas, y otros elementos que se alquilan en su oportunidad), en un cómodo, atrayente e impugnador local para hacer teatro.
Aquí si tiene uno que reflexionar cómo las crisis agudizan y provocan la inventiva, la gracia creativa. Es verdaderamente una grata sorpresa la que nos da Teatro de la Resistencia.” (Sara Joffré)

“…… en esta versión de “Las Troyanas”, el grupo ha fusionado los textos de Eurípides, de Séneca y el que Sartre escribió en los años sesenta. Asimismo, añadieron a la historia de estas mujeres referentes más cercanos, tanto la guerra de medio oriente, como la que los peruanos conocimos de cerca y cuyas imágenes son proyectadas en escena, insertadas a la manera brechtiana. “Un texto es clásico porque no pierde su vigencia. Donde está la vigencia de “Las Troyanas”, pues aquí, en nuestra propia historia”, explica el director. Esta si es una Troya que duele, que simboliza, que incomoda al poder. Esta es una Troya en la que, felizmente, jamás actuaría Brad Pitt.” (Enrique Planas – El Comercio)

jueves, 23 de noviembre de 2006

MEDEA DECONSTRUIDA - nuestro primer montaje

Marzo del 2002, estrenamos nuestro primer montaje en la Casa de Cuatro Tablas, unipersonal de Cynthia Schreiber dirigida por Beto Romero.

Versión sobre textos de Heiner Müller y de la poeta peruana Marita Troiano.

A MODO DE PRESENTACIÓN

El teatro peruano, salvo pocas excepciones, ha ido cayendo en un soporífero letargo. Tal vez porque el entorno social, político y económico ha ido cambiando. Las efervescencias que alimentaron el teatro en la década del 70, que luego se convertirían en un polvorín en los 80, terminó, o por lo menos es lo que aparenta, los grupos dejaron de lado el querer decir algo por la búsqueda del “correcto montaje”, la visceralidad dio paso a la búsqueda del virtuosismo.
Ante esta situación, concebimos el teatro como un espacio de resistencia a la comodidad de caer en la fórmula de lo conocido. Revaloramos la investigación y la experimentación como fundamento de todo proceso artístico creativo, siempre provocador, y que conlleva una gran dosis de riesgo.
Nos resistimos a que el teatro deje su espíritu trasgresor y movilizador. Nos resistimos a darle al público lo que espera, buscamos darle una puerta abierta a nuevas experiencias buscando siempre un espacio de reflexión.
Nos resistimos a la desaparición del grupo como conjunto de artistas-creadores que comparten ideología y objetivos, que se encuentran más allá de cualquier montaje.
Hacemos teatro peruano porque nuestro quehacer es aquí y ahora, porque nos sentimos inmersos en una realidad que nos toca diariamente y nos presiona, ante la cual tenemos cosas que decir, como individuos y como colectivo.